“Que cuando vine pensando que tenía conflictos con lo laboral, con mis estudios y todo, en realidad tenía algo mucho más importante que era el tema de mi adopción. Que lo había tratado muchas veces, pero nunca lo había entendido, ni superado, mucho menos aceptado. En la primera terapia tuve la experiencia, la grata experiencia, de retroceder hasta el momento en que nací y pude reconciliarme con mi madre biológica. A partir de ese momento de empezar a llamarla madre biológica y entender que fui dada en un acto de amor y no de abandono. Eso significó mucho en mi vida, muchos cambios, mucho mejor calidad de vida para enfrentar mi vida cotidiana, y en parte de todos estos cambios también concebí a mi hija. ”
Lidia Manzur, 40 años, 4 sesiones, 2011-2016