“Te agradezco lo que hiciste por mi. Todavía no me lo explico, quizás es sugestión o parte de una realidad no visible, pero te voy a contar que siento profundamente que VOLVIÓ EL ALMA A MI CUERPO. Me he sorprendido riendo a carcajadas, después de tener una vida muy aburrida, ahora me falta día para el cúmulo de actividades que estoy realizando.
Me siento feliz, aún no realizada, pero útil, siento que sirvo. No pensé decir esto, la vida es hermosa y hay alguien o algo superior que me cobija.
(…) No tengo problema en que publiques mi caso, sí es motivo de ejemplo y ayuda para otras personas. Por favor, sin mi nombre. Esta sociedad no está preparada para convivir con los Bipolares, ni siquiera yo; ya se me había olvidado que tengo esa enfermedad, leo tus palabras y me producen extrañeza y una puntada en el corazón.
Quiero que sepas que esta felicidad que siento ha sido gradual. Al principio soñé con la experiencia que tuve. Y se repitió por varios días. Pensé que fui a perder el tiempo. Traté de entender qué estaba pasando con esos episodios tan repetitivos. Lloré, sufrí y fui feliz. Uno o unos de mis duelos concluyeron. Ahora a seguir trabajando. El día me mira y me busca, y yo voy a su encuentro.
Un abrazo”
Mujer XX, 44 años, 1 sesión, 2018.
Su testimonio lo entrega 6 meses después de la sesión.
En la entrevista inicial relató: «Sufro de trastorno bipolar 2 y trastorno afectivo. Me lo descubrieron hace 10 años y estoy con psiquiatra a la fecha (…) en ningún momento de la vida he podido decir que soy feliz, a mi nada me hace tan feliz (…) yo no he conocido el amor en ninguna dimensión, con mi hijo experimenté algo distinto, pero no puedo lograr la felicidad…»